martes, 16 de diciembre de 2008

MIGRANTE: DECISIÓN DE RETORNAR

El pasado día 3 de enero de este año publicamos en este mismo espacio cibernético y en algunos medios impresos el artículo, “Migración: Decisión de partir”, con motivo del Dia Internacional del Migrante que desde el año 2000 se celebra de acuerdo a una decisión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Expresábamos en esa ocasión que no precisamente todos los migrantes tenían algo que celebrar y mucho menos que estarían enterados de ese día dedicado a ellos.

Manifestamos, también, que no tendrían mucho que celebrar cuando se encuentran lejos de su núcleo familiar (padres, hermanos, parejas, hijos, etc.) además de estar sufriendo muchos de ellos, carencias, discriminación y exclusiones.

Asentamos “Mucho se ha escrito y declarado en torno a la migración desde diversas perspectivas y a veces con posturas verdaderamente penosas. Pero un aspecto que pocas veces se ha considerado y analizado es el momento en el que el migrante toma la decisión de partir a otra ciudad, a otra región o a otro país. Esta decisión desde luego es individual y puede ser absolutamente personal, pero muchas veces siéndolo, tiene como trasfondo el entorno social que presiona al hombre o a la mujer a buscar otro ambiente, ya que la falta de trabajo o las pésimas condiciones de éste, la falta de oportunidades, como ya se mencionó, hacen que la decisión individual se tome a partir del entorno social”.

Pero hoy, a unos cuantos días de que concluya el presente año, la situación económica en Estados Unidos, principal país receptor de nuestros migrantes ha cambiado como todos estamos enterados, lo que ha provocado, inicialmente, el despido de miles de empleados de las grandes factorías y con ello, en el caso de nuestros connacionales, incertidumbre en cuanto a su futuro económico, lo cual repercutirá en la imposibilidad de remitir la remesa mensual a su familia y que en suma son millones de dólares que periódicamente llegan a nuestro país. Pero si a lo anterior se le agrega la situación ilegal en que se encuentran nuestros paisanos, su estancia en Estados Unidos se complica más y los hace pensar en un retorno a veces deseado y en otras rechazado, es más ni tan siquiera vislumbrado como una posibilidad.

Lo anterior culmina o se concretiza cuando nuestros paisanos, los que ya lo hicieron o los que lo harán a corto plazo, decidan regresar. Ese momento de la toma de decisión de retornar a su pueblo, a su comunidad, a la sierra, o a la colonia periférica de cualquier ciudad, marcará su vida con mayor intensidad que la marcó el momento en el que decidió partir.

Hoy, al momento de tomar la decisión de retornar, el migrante mexicano como cualquier otro se enfrenta a la incertidumbre que le espera a la llegada al entorno social, económico y político del que partió hace un año o varios, por que el migrante por corta que haya sido su estancia en Estados Unidos ha cambiado: su lengua, su modo de vida, sus costumbres, su visión de la vida, su ropa, la perspectiva que tiene del núcleo familiar al que pertenece, la dimensión con que ubica al grupo social del que surgió no son los mismos. En suma, no es el mismo que partió hace algunos meses o años a buscar mejores fuentes de empleo y una mejor vida y mayores recursos para su familia. Hoy el dilema no es partir, el dilema es retornar, regresar, enfrentarse nuevamente al escenario del que salió y que acaso cabría decir abandonó.

Y más de uno de ellos, pensará en el recibimiento que tendrá en su hogar, en su comunidad, en su grupo social: ¡mira como vienes!, ¡ya hablas diferente!, ¿qué me trajiste?, ¿cómo es allá?, ¿qué hacías?, ¿cómo te divertías?, ¿te acordabas de nosotros?, ¿cómo ves hoy la casa?, ¿por qué te regresaste?

Por otra parte, autoridades federales y estatales han manifestado estar preparados para el retorno de miles de migrantes, aunque no ha quedado claro si con miles de empleos, políticas públicas o programas específicos, pues las remesas que mensualmente llegaban hasta hace poco han disminuido de manera vertiginosa.

También, así como los núcleos familiares y las comunidades sufrieron el impacto cuando un migrante partió, hoy habrá un impacto, diferente pero lo habrá cuando suceda el retorno: la llegada del que se fue para mandar dinero y hoy regresa porque el empleo acabó, los dólares ya no llegaron, no le alcanzaban para mandar, su existencia más allá de las fronteras se trastocó. Lo anterior no es fácil de asimilar en las familias y pueblos expulsores que hoy se convertirán en pueblos y familias receptoras de migrantes que vienen de regreso ¿derrotados?, ¿Con un ahorro suficiente para empezar una nueva etapa familiar?, ¿con ánimos para soportar el reproche familiar?

Pero en fin, estemos atentos con motivo del próximo Dia Internacional del Migrante este jueves 18 de diciembre, de cómo serán recibidos por las autoridades y cómo por sus familias y grupos sociales.
*Te invitamos a que visites el menú emergente "Perspectivas de la migración", en el que encontrarás artículos relacionados con el Día Internacional del Migrante.

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