viernes, 1 de agosto de 2008

MILES DE DOCENTES AL DESEMPLEO

Uno de los aspectos más criticados permanentemente del sistema educativo nacional han sido los mecanismos para el otorgamiento de trabajo para docentes, entre los cuales resalta la famosa venta de plazas, algunas veces atribuida a las autoridades, otras a los líderes sindicales y también a coyotes o intermediarios, que vinculados tanto a unos como a otros se encargan de colocar entre los aspirantes las multicitadas plazas.

A partir de la tan comentada y cuestionada como también defendida Alianza por la Calidad de la Educación, se habló de someter a concurso las plazas que año con año otorgan tanto la Secretaría de Educación Pública (SEP) como los gobiernos estatales, lo que abrió múltiples espectativas entre los egresados de las instituciones formadoras de docentes y otras similares, ya que precisamente los mecanismos hasta hoy vigentes permitían la asignación de plazas a solicitantes que en muchas ocasiones no cuentan con el mínimo perfil para ello. Lo anterior no es nada nuevo, mucho sobre ello se ha dicho y escrito ya.

Al respecto, se tiene que reconocer el esfuerzo que en Veracruz se ha realizado por parte de las autoridades educativas que desde hace tres periodos escolares ya han sometido a consurso las plazas que se han otorgado a docentes, lo que habla bien de nuestra entidad en el conjunto de todas las del país.

En estos momentos el problema parece resolverse desde una perspectiva únicamente, al expedirse las convocatorias para el primer Concurso Nacional de Asignación de Plazas Docentes por la SEP a través de la Alianza por la Calidad de la Educación, como por el gobierno del Estado, donde de acuerdo a las declaraciones de autoridades educativas de ambos sistemas autorizadas para ello “para los casi 100 mil concursantes que la SEP prevé que presenten el examen de oposición sólo hay ocho mil plazas, de tal forma que 92% no tendrá un espacio” y, por otra parte, en lo que se refiere a nuestra entidad “la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) concursará 1,289 plazas para el ingreso al servivio docente, como resultado de la Alianza por la Calidad de la Educación, cantidad que resultará inferior a la demanda de aspirantes, la cual se estima que oscile entre los ocho y 12 mil sustentantes”.

Y afirmamos que desde una perspectiva se resuelve el problema de uno de los aspectos más cuestionados del sistema educativo nacional, más allá de la necesaria transparencia, porque no podemos dejar de reconocer que con el consurso convocado para el otorgamiento de plazas magisteriales la Alianza por la Calidad de la Educación cumple uno de esos puntos medulares, si bien, el concurso para obtener plazas de docente no resuelve por sí mismo el problema de la calidad de la educación y de la venta o herencia de plazas.

Pero desde otra perspectiva, no podemos ignorar las altísimas cifras de docentes (decenas de miles) que aspirando a una plaza no la lograrán, lo que los obligará a ocuparse en otros empleos o subempleos que nada tengan que ver con el magisterio, a aceptar trabajo en escuelas particulares que no se distinguen precisamente por sus buenos sueldos, a cubrir interinatos y deambular de plaza en plaza hasta volver a participar en un nuevo concurso en el siguiente periódo escolar, o bien migrar hacia Estados Unidos como tantos desempleados. Al respecto, se habla de que durante el próximo año lectivo se tendrán a dispocisión cerca de 25 mil plazas de jubilados y renuncias, pero ésto no soluciona el problema.

En relación a lo anterior, no podemos aceptar de manera simple y llana lo que manifestara el titular de la Unidad de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas de la SEP “la Alianza (por la Calidad de la Educación) nunca dijo que iba a haber plazas para todos; la Alianza siempre dijo que se iba a contratar a los mejores”.

Este problema, que se puede analizar desde varias dimensiones, no es más que la manifestación de una deficiencia que arrastra de años atrás el sistema educativo nacional y que es el relativo a la regulación de la oferta y demanda de docentes de educación básica y media y que a la vez se vincula con otros, como son la planeación estratégica, de la atención a la demanda educativa y el consecuente número de docentes, la apertura de instituciones formadoras de docentes que no cubren todos los requisitos legales, etcétera. Un antecedente lejano de una solución fue el Plan Nacional para la Regulación de la Oferta y Demanda de la Educación Normal, cuando fungió como secretario de Educación Pública Jesús Reyes Heroles, y que en Veracruz tuvo repercusiones de gran provecho.

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