“La mayor parte del gasto educativo en México esta ligado al gasto corriente. Cerca del 3.1% del gasto en nivel primaria y secundaria es para gasto en capital, dejando muy poco espacio para mejorar la infraestructura educativa (el promedio de la OCDE es de 9.0%). En el nivel terciario la proporción del gasto de capital en México es de 3.1%, el más bajo dentro de los países de la OCDE ( el promedio de la OCDE es de 10.7%).
“Inclusive, la mayor parte del gasto corriente en niveles de primaria y secundaria se va a compensación del personal, dejando solo 5.0% para otro tipo de gasto corriente tal como materiales educativos (el promedio de las OCDE es de 19.9%).”
Los anteriores datos se encuentran incluidos en el informe Panorama de la Educación 2007, del que tomamos el nombre para este artículo, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que fue presentado el pasado día 17 de este mes y cuyo contenido ha causado revuelo entre autoridades educativas, investigadores y maestros, debido a los señalamientos en su mayoría negativos acerca del nivel educativo mexicano, los cuales fueron desacreditados por las autoridades de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Al respecto, conviene recordar el carácter y la ubicación política de la OCDE como institución que depende de los centros financieros neoliberales y cuyas recomendaciones siempre se caracterizan por resultar tendenciosos y favorecedores de una corriente que toma a la educación como principal instrumento para encausar a un lado u otro el desarrollo de los países que integran la Organización.
Debemos recordar que la OCDE es un organismo internacional intergubernamental que al integrarse reunió a los países más industrializados que promovieron y promueven la economía de mercado. Fue fundada en 1961 por 20 integrantes únicamente, que en la actualidad suman 30 entre los cuales se encuentra México. Sus principales objetivos son:
1. Impulsar el mayor crecimiento posible de la economía y el empleo, elevar el nivel de vida de los países miembros en condiciones de estabilidad financiera y contribuir al desarrollo de la economía mundial.
2. Promover el desarrollo económico de los países miembros y no miembros.
3. Impulsar la expansión del comercio mundial sobre bases multilaterales y no discriminatorias acordes con las normas internacionales.
La OCDE en la actualidad constituye uno de los foros mundiales con más influencia, en el que se analizan y establecen lineamientos y normas sobre temas económicos, educativos, medioambientales y otros de relevancia internacional. Sus recomendaciones son manifestaciones de voluntad del Consejo de Ministros de la Organización, cuya oportunidad de implementación es sometida a la consideración de los países miembros.
El informe Panorama de la Educación 2007 presenta una contrastación de los puntos claves de la educación para México con las tendencias de los países de la OCDE. Comprende tres capítulos: Retos de eficiencia y recursos; retos de cantidad y calidad y retos de calidad. La amplitud de los datos, indicadores y recomendaciones que presenta el informe nos obliga a referirnos únicamente a los más relevantes del primero y tercer capítulos relativos a México y que han hecho reaccionar, como ya lo mencionamos, a las autoridades del ramo, a investigadores y maestros.
En su primer capítulo el informe señala que “los salarios a los profesores son bajos en términos absolutos en México (un poco más de la mitad del promedio OCDE pero entre los más altos si se compara con el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita nacional. La proporción del salario después de 15 años de experiencia contra el PIB per cápita, para primaria y secundaria son 1.58 y 2.01, muy por encima del promedio OCDE de 1.28 y 1.30. Desde 1996, los profesores en México han tenido los mayores incrementos en salarios con aumentos de 32% en el periodo para profesores de primaria y de 37% en secundaria para profesores con 15 años de experiencia”.
En el mismo capítulo podemos leer que “la proporción de estudiantes-profesores en México ha aumentado en educación preprimaria a 29 alumnos por profesor como resultado de las políticas para aumentar la participación y hacer este nivel obligatorio en 2002, 15 más que en el promedio OCDE. En educación secundaria en México hay el doble de estudiantes comparados con el promedio OCDE. Esta proporción tan alta tiene influencia en la cantidad de atención destinada a cada estudiante, así como a la calidad de los resultados. Estas proporciones incrementan significativamente los retos para los profesores y también indican que la participación educativa ha aumentado, así como el número de estudiantes”.
En el tercer capítulo, Retos de equidad, el informe manifiesta que “Sólo 24% de los mexicanos entre 25 y 34 años de edad han completado la educación post-secundaria, los que representa, por mucho, la tasa más baja de la OCDE, donde este nivel educativo se está convirtiendo en la norma. Ha habido menos progreso en México en incrementar la matrícula en la educación post-secundaria que en la mayoría de los otros países, de tal forma que México ha caído en términos relativos al paso de las generaciones, del lugar número 28 entre los individuos de 45 a 54 años de edad (aquellos que completaron este nivel hace aproximadamente 30 años) al lugar 29 entre los de 35 a 44 años de edad, hasta el lugar 30 entre los que tienen entre 25 y 34 años de edad (aquellos que completaron el nivel hace una década). En contraste, durante el mismo periodo, Corea se movió del lugar 23 al 1 (Tabla A1.2ª). Nótese que los individuos (25-34 años de edad) en este análisis cumplieron 16 años entre 1986 y 1996.”
En el mismo capítulo, el informe señala que “la proporción de estudiantes graduándose de los niveles post-secundarios ha crecido de un 33% en el año 2000 a un 40% en el 2005, lo que ha reducido la brecha entre la participación en post-secundaria entre México y otros países de la OCDE” y también que “Más mujeres que hombres esperan completar la educación superior con un 56% de ellas sobre un 42% de ellos”.
Resulta interesante el resumen-conclusión relativo al primer capítulo: “Aunque las inversiones adicionales significativas en educación son importantes, es perfectamente claro que mayores recursos no serán suficientes por sí solos. La inversión en educación necesita ser más eficiente. En los países de la OCDE, el sector educativo aún no se ha reinventado a si mismo, como lo han hecho otras profesiones, para mejorar sus resultados y aumentar la productividad. De hecho, la evidencia sugiere lo contrario, que en general la productividad en educación ha declinado, debido a que la calidad en la educación se ha mantenido constante, mientras que el precio por ella ha aumentado claramente. Como los lugares y la provisión de la educación han permanecido sin cambios, la intensidad del trabajo en educación y la predominancia de los salarios de los profesores en todos los gastos (con bases salariales basadas en calificaciones y aumentos automáticos) han hecho aumentar el costo del personal a través del tiempo.”
En la misma presentación del informe Blanca Heredia, directora de la OCDE en México para América Latina recomendó públicamente al Presidente de la República privatizar la educación media y superior bajo el argumento de que el modelo actual de financiamiento resulta ineficiente desde la perspectiva de la distribución de su gasto, porque el 84.4% de los fondos se canalizan al salario de los docentes. También sugirió no aumentar el gasto educativo hasta que se eleve la eficiencia en el manejo de los recursos; según el organismo si se continúa en esa misma línea existe el riesgo “de que esa inversión sea un puro y simple desperdicio.”
Como es natural, el informe y las recomendaciones derivadas de él motivaron que la Secretaría de Educación Pública diera respuesta inmediata, aceptando las cifras estadísticas pero rechazando las recomendaciones y señalando que “no se renunciará a la obligación del Estado en materia de educación pública y gratuita” aunque sí dejo abierta la posibilidad para buscar nuevos mecanismos alternativos de financiamiento de la educación superior.
Ángel Díaz Barriga, investigador del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la Universidad Nacional Autónoma de México hizo severos señalamientos al informe (La Jornada, 18/IX/07) manifestando que “de él pueden esperarse casi los mismos datos (de años anteriores) y el mismo manejo deformado de éstos” También opinó que “llega a conclusiones falsas, al señalar que los maestros mexicanos son los mejores pagados. La explicación aquí es que considera el porcentaje del PIB en relación con el salario docente, pero no se apoya en otros índices como los bienes de necesidad vital que se pueden adquirir con ese salario”. Lamentó que en el país la cultura de la evaluación sea para “asustar a la gente con sus resultados, que sirven para llenar los periódicos durante tres o cinco días, mientras que en el trabajo del docente –que es fundamental para revertir el atraso- no va a pasar gran cosa”.
El debate está abierto. La materia incumbe a toda la sociedad. Esperamos el posicionamiento local de sindicatos magisteriales, asociaciones de padres de familia, instituciones de investigación vinculadas con la educación, académicos y de las instituciones educativas, cuya obligación es manifestarse al respecto de manera formal y crítica, y no permanecer a la expectativa de lo que otros opinan.
Publicado el día 30 de septiembre en el suplemento cultural “La Valquiria” de Diario de Xalapa
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