domingo, 29 de octubre de 2006

Enrique C. Rébsamen: fuera de todo debate

“La educación exige, como cualquier otra de las complicadas actividades humanas, desde luego, además de los instrumentos necesarios para su ejecución, una conciencia clara de lo que se va a hacer y de las condiciones que influyen en el éxito. Esta condición general para toda clase de actividad, es quizás más necesaria aún para la actividad educadora en lo particular, por que ésta es una de las mas complicadas y más difíciles, y porque trae consigo más grave responsabilidad que ninguna otra. Para satisfacer esta necesidad no bastan, pues, tradiciones, ni imitación de ejemplos ajenos, ni máximas ó reglas aisladas tomadas tan sólo de la experiencia. Lo que se necesita es un conjunto sistemático de conceptos seguros, obtenidos por el estudio de la naturaleza humana y de las causas exteriores que influyen en el desarrollo de la misma”
Las anteriores afirmaciones, con una visión avanzada para esa época en que la educación básica presentaba rasgos caducos y no constituía un sistema educativo unificado en todo el país, son expresadas por Enrique Conrado Rébsamen en uno de sus textos más reconocidos: “ La pedagogía moderna”, que apareció en el periódico México Intelectual, editado por la Imprenta del Gobierno del Estado en 1889 y que junto con el llamado “Método Rébsamen” para la enseñanza de la lectura y la escritura constituyen una de sus mayores aportaciones a la educación mexicana en los últimos años del siglo antepasado y primeras décadas del anterior, además “El alma del niño”, “El sistema de Froebel”, “La enseñanza moderna y la antigua” o “Metodología General”.
Enrique C. Rébsamen, nació el 8 de febrero de 1857 en la suiza alemana de aquel tiempo, concretamente en Kreuslingen-Egelshofen. Se tituló como profesor de educación primaria y cursó estudios en la Universidad de Lausana y en Zurich donde también se tituló como profesor de secundaria.
Arribó a nuestro país en 1883 dirigiéndose a la ciudad de León para pasar más tarde, en 1984, a la ciudad de México y de ahí a la ciudad de Orizaba donde colaboró con Enrique Laubcher y Carlos A. Carrillo en la “Escuela Modelo” y en la Academia Normal, donde fue titular de las clases de pedagogía.
Precisamente, en 1884 asume el cargo de Gobernador del Estado don Juan de la Luz Enríquez, quien siendo un militar de carrera también estaba suficientemente informado en materia educativa, además de que su ideología liberal lo motivaba a tener la convicción de que solamente a través de la educación llegaría el progreso a nuestra patria.
De esta manera, se conjugan diferentes factores que propician la fundación de la hoy Escuela Normal Veracruzana: el Primer Congreso Pedagógico del Estado celebrado en 1873, convocado por el gobernador Francisco Landero y Coss; la Ley Orgánica de Instrucción Pública publicada en 1874 y expedida por el mismo gobernante, donde se establece el mandato para la creación de la Escuela Normal Estatal; el éxito de la Escuela Modelo y la Academia Normal de Orizaba, bajo la dirección, de Enrique Laubcher; la fundación de las escuelas cantonales; y el interés por la política educativa del General Enríquez, quien encarga a nuestro personaje el proyecto de la Escuela Normal Estatal.
El 1º de diciembre de 1886 fue inaugurada la Escuela Normal Veracruzana, que ocupó el local del antiguo Convento de San Ignacio de Loyola en la hoy céntrica rúa de Zamora, siendo designado como primer director Enrique C. Rébsamen. En este edificio la institución permaneció hasta 1934, pasando a ocupar su segunda sede en 1935 en lo que hoy es la facultad de Economía de la Universidad Veracruzana, y en 1964 se traslada a sus actuales instalaciones.
La fundación de la Escuela Normal Veracruzana constituyó un hito en la historia de Veracruz y vino a consolidar el prestigio de Xalapa como la Atenas Veracruzana, junto con el Colegio Preparatorio, la Escuela para Señoritas hoy Escuela Industrial y la antigua Escuela de Jurisprudencia.
En este marco, es conveniente señalar que al fundarse la Escuela Normal Veracruzana como sucede con cualquier otra institución o instancia que viene a innovar las estructuras establecidas ya caducas y obsoletas y que coadyuvan a sostener o son expresión de un sistema autoritario o dictatorial donde el pueblo, en este caso, no tiene acceso a la educación que significa libertad y progreso, el entramado oficial se cimbra y arremete contra las nuevas organizaciones o instituciones que implican un cambio no tan sólo educativo, sino también social y político. Lo anterior significa que al fundarse la Normal Veracruzana, tanto el General Enríquez como don Enrique C. Rébsamen son objeto de ataques, críticas y cuestionamientos por diversos sectores sociales de Xalapa y Veracruz.
Al respecto, Emilio Aburto González expresa que: “no está por demás hacer mención que la designación de Rébsamen por parte del general Enríquez fue objeto de repulsión por parte del Ayuntamiento de Xalapa, cuyos miembros le expresaron que estaban dispuestos a renunciar en masa si tal designación no era revocada por el señor gobernador, por tratarse de un extranjero de ideas liberales, pero el general Enríquez les hizo ver que su desición incluía aceptar sus renuncias antes que modificar tal nombramiento, porque apoyaba a Rébsamen y confiaba en él para la reforma educativa que era una aspiración del Partido Liberal mexicano”
Con el apoyo del General Enríquez, Rébsamen consolidó en poco tiempo a la nueva institución e hizo que se convirtiera en modelo de la formación de docentes, haciendo que las autoridades federales del ramo educativo de entonces y de otras entidades voltearan a Veracruz y expresaran y demostraran su interés por conocer la obra del pedagogo suizo, que incluso tuvo que luchar con corrientes opuestas dentro de la misma institución.
Pero para los que no lo saben o lo saben y no lo quieren reconocer, se tiene que señalar que la influencia de Rébsamen no solamente se dio en Veracruz, sino también en otras entidades y en todo el país. El educador permaneció en la dirección de la Escuela Normal Veracruzana hasta el 24 de agosto de 1901, fecha en que recibe el nombramiento como Director General de Enseñanza Normal en el Distrito Federal por lo que se separa de la institución a su cargo.
Rébsamen, también influyó e impulsó la renovación de la educación normal en los estados de Jalisco, Oaxaca y Guanajuato. El maestro suizo contribuyó a renovar las ideas pedagógicas imperantes en aquel tiempo a través del periódico “México Intelectual” y también participó en los antecedentes de lo que más tarde sería conocido como el normalismo, discurso político educativo que si bien hoy es cuestionado, en aquel momento constituyó uno de los pilares de la educación del siglo pasado. El Maestro también participa, de esta manera, en la conformación del Estado laico que hoy somos y debemos seguir siendo.
La trascendencia de la obra pedagógica de don Enrique C. Rébsamen es incuestionable por lo que merece respeto y reconocimiento, como cualquier otro prócer, dentro y fuera del ámbito educativo y de parte de cualquier ciudadano o autoridad. El maestro Rébsamen ha recibido múltiples homenajes y seguirá recibiendo reconocimientos por su obra, de la que se han encargado los estudiosos de la historia de la educación.
Desde 1921, como homenaje a Rébsamen, con motivo de su fallecimiento el 8 de abril de 1904, la Escuela Normal Veracruzana lleva su nombre y el 15 de mayo de 1951 el gobernador del estado Marco Antonio Muñoz, inaugura la avenida Rébsamen, en la calle que habitó el educador, junto al parque Miguel Hidalgo y Costilla, mejor conocido como “Los Berros”, así como también su nombre lo llevan escuelas primarias e instituciones educativas de diversos niveles en todo Veracruz y México. A partir del 15 de mayo de 1994 la Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen” es designada como institución “Benemérita” por sus aportaciones educativas.
El principal legado de Rébsamen es, precisamente, la organización de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana, modelo de institución formadora de docentes y que hasta este momento sigue ocupando un primer lugar en el ámbito educativo nacional; la influencia en Veracruz y en todo México de sus discípulos directos o los que brevaron en su obra; y el “Método Rébsamen”, con el cual aprendieron a leer y escribir miles de mexicanos.
Por cierto, la obra completa del Maestro debe ser editada, pero no de manera aislada o fragmentada y sí con un estudio crítico, que señale su aportación a la pedagogía mexicana de su época y su influencia en Veracruz y México.
A 102 años del fallecimiento de Rébsamen y a un mes de que la Benemérita Escuela Normal Veracruzana cumpla 120 de fundada, la obra del Maestro se encuentra fuera de debate y de actitudes de conveniencia política coyuntural.

1 comentarios:

J. Martín Blásquez Ojeda dijo...

Si estoy correcto, muere a los 47 años, no se menciona causa, sería interesante saber como se truncó su obra.

Quizá sea igualmente interesante conocer a los integrantes de su "equipo cercano" y que apoyaron a moldear tan meritoria obra educativa. Pienso que pueden hallarse, entre otros, a creadores de primer orden; es decir, más allá de la enseñanza elemental.

Felicidades, estupendo y oportuno ensayo.