domingo, 3 de julio de 2005

Xalapa: hacia un imaginario cultural

Xalapa: eje político de Veracruz, asiento de los Poderes del Estado, ciudad donde se toman decisiones que impactan la dinámica social, económica, política y cultural de la entidad. Ciudad a la que miles de jóvenes piensan llegar a cursar estudios superiores. Espacio que artistas consagrados y noveles toman como destino de triunfo y consagración.

A esta ciudad la integran ricos y pobres, gente que asiste a diario a restaurantes, antros o bares para ver, dejarse ver, negociar o convivir; jóvenes que deambulan buscando un empleo temporal o permanente; adolescentes que pasean en las plazas comerciales para ver aparadores, encontrarse con el amigo o la novia y tomar café; mujeres que lucen ropa de ultima moda, joyería de la temporada; o bien aquellos que buscan un empleo “de lo que sea”, aunque nada tenga que ver con lo que estudiaron.

Xalapa no es construida solamente por los que aquí nacieron o que llegaron para asentarse, también la componen los paisanos originarios de Teocelo, Xico, Coatepec, Naolinco, Las Vigas u otros municipios que a diario se desplazan hacia ella para trabajar en oficinas gubernamentales, almacenes, expendios, talleres.

A la capital de Veracruz la conforman, también, sus edificios y espacios emblemáticos: la catedral con su “torre mocha”, palacio de Gobierno, palacio Municipal, la plaza Lerdo, la Normal Veracruzana, el estadio “Heriberto Jara”, el parque Colón, el Museo de Antropología, el Hemiciclo de las cuatro virtudes, el paseo de Los Lagos, la zona universitaria, el águila del Dique, el Ágora de la Ciudad, Los Berros, el Teatro del Estado. También la integran trescientas colonias aproximadamente, decenas de calles sin pavimentar ni con servicios de drenaje, agua potable o alumbrado público, donde la marginación y pobreza existen y contrastan con fraccionamientos y colonias con toda la infraestructura necesaria.

Pero Xalapa es más que la suma de sus partes, de sus edificios, de sus parques, de los individuos que la habitan, de sus colonias, de sus barrios. Xalapa como ciudad es un proceso permanente de interacciones e interrelaciones sociales, políticas, económicas y culturales, lo que se traduce en armonías, choques, contradicciones, confrontaciones, conflictos, acuerdos, simpatías, nostalgias, respaldos, solidaridad, expectativas, rechazo, discriminación, exclusión o inclusión.

Como todo espacio urbano, Xalapa es una y varias. Cada individuo, cada grupo, sector o comunidad que la habita tiene una “manera” de pensar, representarse o imaginar a Xalapa. Esta ciudad es una y varias, muchas y diversas imágenes. El producto de la transformación de las informaciones sensitivas que reciben sus habitantes son imágenes, que resultan ser construcciones mentales en torno a la percepción de un espacio y la calificación de esa percepción. Ese espacio es el entorno humano, xalapeño en este caso, que cada quien percibe de manera diferente, por lo que cada individuo tiene su propia imagen de la ciudad, su imagen urbana.

Para David Walmsley la imagen urbana como representación del entorno, del medio real, no comprende la totalidad de la ciudad, es decir resulta parcial; también es un producto simplificado pues no cubre, omite o ignora mucha información. Como es única y propia de una persona es idiosincrásica; y, por último, como es subjetiva resulta un producto distorsionado. En suma, la imagen urbana es parcial, simplificada, idiosincrásica y distorsionada.

También, para el mismo teórico, la imagen urbana se puede considerar como un fenómeno individual y como un fenómeno cultural. Como un fenómeno individual resume una visión particular del mundo y del sistema social en que se mueve quien la produce, además de que se ve influida por el nivel perceptivo y cognitivo, valores, personalidad y cultura de este mismo.

En cuanto fenómeno cultural la imagen urbana es un producto que presenta similitudes con otras, pues es resultado de un proceso que se da en individuos que en la ciudad viven problemas, situaciones y dinámicas similares; que registran básicamente la misma información; personas que viven las mismas presiones. Estos individuos poseen elementos culturales compartidos por sectores, colonias, gremios, grupos, barrios, que coadyuvan a dotarlos de una identidad. Es decir, la cultura sirve como mediadora entre el individuo y la ciudad; esa “medianza” se da en la imagen urbana.

En la construcción de las imágenes urbanas es fundamental el referente cultural compartido. Es la cultura como construcción y producto colectivo la que permite a los individuos coincidir en significados, símbolos y expresiones relativas a un ámbito y tiempo concretos respecto a un espacio urbano, asumiendo su pertenencia a un grupo: la generación “z” de la “Prepa Juárez”, la generación “Pumas” de la Normal, el grupo fundador del Ballet Folklórico de la Universidad Veracruzana, el equipo atlético del “Chicles” Villanueva, etc. Cada uno con su imagen particular y similar de Xalapa en un momento específico.

Una imagen urbana compartida puede ser tan fuerte que motiva un consenso en determinado momento aunque posteriormente sea cuestionada, pues pudo haber sido inducida, además de que es o representa una reducción de las complejidades de la ciudad y se impregna de elementos económicos, sociales, culturales y políticos. Ana Torres Ribeiro las denomina imagen-síntesis. Algunas de ellas pueden ser las siguientes: Xalapa, ciudad de las flores; Xalapa: la Atenas veracruzana; Veracruz: granero y yunque de la nación. Hoy muchas de ellas son producto de un proceso mercadológico.

Otra característica de la imagen urbana es que puede ser agradable o desagradable, positiva o negativa, ya que depende un tanto de la subjetividad del individuo y de su relación con el espacio urbano: deseado, soledad o convivencia.

De ello se deriva que la imagen urbana de Xalapa se asocie ya sea con el parque Juárez; sus restaurantes como La Parroquia; su naturaleza como Los Tecajetes, Los lagos del Dique, el estadio o su dinámica cultural; o por lo contrario con su basura, congestionamiento, contaminación ambiental, desempleo, manifestaciones que afectan la dinámica vial, falta de más librerías, carencia de servicios básicos en muchas colonias, etcétera.

Un imaginario urbano positivo idealiza a la ciudad y se traduce en sensación de seguridad, diversión, identidad, pertenencia, convivencia pacífica, medio ambiente agradable, vecinos y conciudadanos solidarios, eventos culturales para todos, edificios bellos, paisajes reconfortantes, arraigo, etcétera. Un imaginario urbano negativo significa monotonía, suciedad, inseguridad, peligro, miedo, soledad, incomunicación, falta de contacto con las autoridades, eventos culturales elitistas u otros aspectos inconvenientes.

Actualmente, un imaginario urbano negativo puede permear si se propician las condiciones para su generación, sobre todo en un escenario político convulso: ¡ciudad peligrosa!, ¡entidad insegura!, ¡territorio invadido por el narcotráfico!. Aquí, el papel de los medios de comunicación es fundamental.

Pero si una imagen urbana compartida lleva el reconocimiento “del otro”, que coincide con nosotros y cuyo proyecto de vida, práctica citadina cotidiana, anhelos y experiencias son similares, también un imaginario urbano compartido puede motivar lo contrario. Así como un imaginario urbano cohesiona, une y solidariza, también excluye, marca diferencias, hace patentes las diferencias entre sectores y puede provocar conflictos, choques, crisis al interior de los microespacios urbanos o en todo el espacio urbano, en lo individual y en lo colectivo: el libramiento de Xalapa ¿por el norte o por el sur?; ¿se debe seguir realizando el carnaval o suprimirlo definitivamente?; ¿qué hacer con la basura y el relleno sanitario?; ¿cómo resolver el problema vial?; ¿cómo solucionar el problema de las manifestaciones?. Cada grupo opina de acuerdo a su imaginario urbano, que para él es el mejor.

Un imaginario no es algo falso. Los imaginarios urbanos no son estáticos ni inmutables, evolucionan de acuerdo a prácticas citadinas y a los mismos cambios de quien los produce, individual o colectivamente, debido a factores como la globalización, mundialización y el interculturalismo. Un grupo puede ser portador de un imaginario durante un determinado momento y cambiar a otro opuesto o diferente. Estos cambios de imaginarios son la expresión de la evolución en las estructuras profundas de los colectivos y los individuos, de sus anhelos, de sus metas sociales, de sus intereses, alianzas, desencantos, coaliciones y nuevas visiones de la ciudad como ámbito de sus proyectos colectivos.

En la actualidad, los imaginarios urbanos son objeto de estudio, motivo de encuestas y preocupación de las autoridades, de tal manera que a veces se propician, en otras se trata de que se diluyan o que cambien de una visión negativa a una positiva: Xalapa como ciudad llena de basura a Xalapa como ciudad limpia, segura y habitable.

El imaginario urbano de Xalapa se integra por las imágenes que sobre ella construimos quienes la habitamos, pero también por quienes la visitan o están en ella temporalmente. Son imágenes, como ya lo dijimos anteriormente, asociadas al paisaje, la arquitectura, al Centro Histórico, personajes reconocidos, sus parques, mercados, iglesias, pero también sus fiestas, tradiciones, ferias, carnavales, actos masivos. Además de las interrelaciones e interactuaciones de todo tipo que en ella se generan.

Como la información que nutre nuestro imaginario es parcial y simplificada, quienes la complementan con diferentes enfoques, visiones e intereses son los medios de comunicación que a diario nutren nuestras imágenes de Xalapa con noticias políticas, policíacas, frívolas, económicas y sociales. En algunas ocasiones o en muchas la intención clara y explícita es influir, precisamente, en el imaginario popular para fortalecer, ampliar, maximizar o minimizar situaciones intrascendentes, escenarios fuertes, actores políticos o, también generar, escenarios fuertes, actores políticos o, también, generar escenarios inexistentes de crisis, caos o conflicto.

Los medios de comunicación resultan factores esenciales en la manera como los xalapeños concebimos, imaginamos y construimos nuestra ciudad. Pero en este momento, además, de mediadores han pasado ha formar parte del mismo imaginario citadino: ¿cómo habrá salido la noticia?, ¿qué tratamiento le habrán dado a mi caso?, ¿salió la noticia a ocho columnas en todos los medios?, ¡ningún medio sacó la información!, ¿qué traerá El Clarín de Xalapa contra él?.

En una ciudad como Xalapa, que es pensada como un espacio urbano donde se promueve y difunde la creación artística, a principios del actual siglo como en tantas otras ciudades, y como consecuencia de diversos factores, conviven los imaginarios del pasado y del presente. Citamos seis imágenes donde la información (con sus características ya mencionadas) y la visión de cada lector juega un papel relevante:

¿Se imagina usted el concierto inaugural de la Orquesta Sinfónica de Xalapa el 21 de agosto de 1929, con el maestro Juan Lomán y Bueno dirigiéndola al frente, interpretando la Sinfonía Incompleta de Schubert, entre otras obras, en el derrumbado teatro Lerdo (según datos del recordado Sergio Dorantes Guzmán y de la maestra Yolanda Reyes Pale)?. ¿Qué pensarían los estridentistas cuando llegan a esta ciudad invitados por Manuel Maples Arce, secretario general de Gobierno con el General Heriberto Jara Corona, entonces gobernador del Estado?; ¿recuerda usted o se imagina la inauguración de la Torre Cinética entre el Estadio Xalapeño y La Pérgola (no el restaurante sino los arcos jardinados donde hoy se ubica un gimnasio universitario) con la presencia de Salvador Novo y don Rafael Murillo Vidal gobernador del Estado? (¿por cierto, dónde se encontrarán los restos de la torre?).

¿Cuál es su imagen del público que asiste al Teatro del Estado como recinto donde conviven la Orquesta Sinfónica de Xalapa, el Ballet Folklórico de la Universidad Veracruzana, obras de teatro comerciales y diversos grupos artísticos de toda índole?; ¿cómo serán los antros, espacios o lo que usted quiera donde se desarrolla la cultura alternativa con propuestas innovadoras ajenas a la cultura del poder y a la oficial?; ¿cómo serán las relaciones entre la comunidad artística, las autoridades del sector cultural y al interior de ellas mismas: de entendimiento y confianza, de resquemor y acecho, con cuidado y desconfianza, de enfrentamiento y choque, de golpeteo y exterminio, de pelea por los raquíticos presupuestos?; ¿qué dependencia realiza promoción y difusión artística en las colonias marginadas?

Para concluir: ¿cuál es su imaginario cultural de Xalapa?

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