miércoles, 1 de octubre de 2008

MIGUEL VELEZ ARCEO Y EL FOLCLOR VERACRUZANO

A partir de los años 90 del siglo pasado y de los que han corrido del presente ha surgido un nuevo debate sobre la cultura, partiendo de nuevos paradigmas, teorías y dimensiones, concediéndole mayor importancia, al mismo tiempo que desagregando los variados aspectos que comprende, sobre todo en el contexto de la avasallante globalización y sus consecuencias.

Precisamente, uno de los aspectos que comprende lo anterior es el estudio, la preservación y la difusión del folclor de cualquier pueblo, de cualquier grupo social o de una comunidad, por que el folclor forma parte esencial de la identidad que caracteriza a un individuo o a un grupo y lo hace, por un lado igual a los que lo rodean y, por otro, diferente.

El folclor, entonces, nos identifica y por ello resulta incluyente o excluyente. De ahí, su importancia como elemento primordial de la identidad colectiva y de su estudio como un elemento auténtico de la identidad nacional. Nos referimos, desde luego, al auténtico folclor, no al deformado, distorcionado o patéticamente comercializado, a través de diferentes medios sino al que constituye un elemento del fortalecimiento de nuestra nacionalidad.

Realizar una labor permanente y auténtica en torno al folclor no es cualquier cosa y no cualquiera persona tiene la sensibilidad, creatividad, visión y capacidad organizativa para ello. Afortunadamente, en Veracruz contamos con un amigo que ha podido realizar lo anterior en torno al folclor pero con especial énfasis en la danza, que nos reperesenta, nos identifica y nos hace sentir miembros de una comunidad. Me refiero a nuestro amigo, a nuestro compañero, al nuestro maestro: Miguel Vélez Arceo.

El maestro Vélez, como es conocido por todos nosotros, llegó a Veracruz en 1964, hace 44 años, para invulocrase en las labores de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana. En ese momento, el maestro llega ya con un fuerte acervo en torno a la danza folclórica, pues anteriormente fungió como coordinador de danza de la Casa del Asegurado del Instituto Mexicano del Seguro Social y Director General y Coreógrafo del ballet de la misma institución.

Y es precisamente en la Normal Veracruzana donde funda el Conjunto Folclórico “Veracruz” cuya mayoría de los integrantes del cuerpo de baile, coro y grupo musical se encuentran aquí presentes. De ahí en adelante el maestro Vélez permanece en Veracruz hasta este momento, pues después de laborar en la entonces Dirección General de Educación Popular pasa a la Universidad Veracruzana por su rector, Roberto Bravo Garzón, donde es fundador del Ballet Folclórico de esa Institución, del que es Director General y Coreógrafo, realizando una labor altamente reconocida en la preservación del folclor nacional y veracruzano, siendo invitado a eventos nacionales e internacionales, actuando en los principales teatros del mundo y recibiendo reconocimientos en todas las latitudes.

Pero el mérito fundamental de Miguel Vélez, más allá de ser director general y coreógrafo del Ballet Folclórico de la Universidad Veracruzana, se ubica en tres aspectos, además de otros: como investigador y difusor del folclor, como creador de instituciones y como generador de una escuela de formación artística en torno a la danza folclórica.

Como impulsor y difusor del folclor teniendo como eje la danza, Miguel Vélez investiga, analíza y difunde el folclor veracruzano que con su conocimiento, creatividad y sensibilidad lo sabe llevar a los escenarios conservando su originalidad, al mismo tiempo que lo dota de todas las características de un espectáculo que atrae la atención e interés de propios y extraños. Un ejemplo de ello es el programa “Raíces del Pueblo” que con estudiantes de la Escuela Normal Veracruzana monta, siendo el origen del actual Ballet Folclórico que dirige.

Por otra parte, el Maestro Vélez posee la visión para diseñar y crear instituciones cuya tarea es la investigación y la difusión de la cultura, el arte y la danza como parte fundamental de la labor académica que debe abordar aspectos que hasta ese momento no lo han sido como objetos de estudio. Un ejemplo de ello es el Departamento de Educación Estética de la Dirección General de Educación Popular del Gobierno del Estado, el Instituto de Investigación y Difusión de la Danza Mexicana, el Taller de Reconstrucción Etnográfica y la Unidad Interdiciplinaria de Investigación Estética y Creación Artística también, de nuestra Máxima Casa de estudios.

Para nosotros el aspecto más importante, de la trayectoria de Miguel Vélez es el relativo a la creación de una escuela de formación artística, cuestión nada fácil, pero que él ha logrado al dotar a sus alumnos de los conocimientos suficientes sobre la danza folclórica y generar en ellos la capacidad de organización para transmitirlos a niños, jóvenes y adultos de varias generaciones y formar, a su vez, grupos folclóricos que han marcado la pauta en la educación artística de la niñez y juventud veracruzana y también más allá de nuestra entidad.

Por todo lo anterior, Miguel Vélez ha logrado que actualmente el único ballet folclórico de provincia que en múltiples ocasiones ha representado a México en eventos de carácter internacional sea el que él dirige, con su autenticidad, originales coreografías, colorido, acompañamiento musical y coros que dignifican el folclor de Veracruz y México.

Miguel Vélez Arceo condensa en su persona varias virtudes: conocimiento, imaginación, creatividad, capacidad para rodearse de un equipo de trabajo formado por alumnos y compañeros altamente calificados, y un espíritu de lucha con el cual ha sabido salir adelante en situaciones que han puesto a prueba su temple para superar diatribas, envidias y la carencia de conocimiento y sensibilidad en torno a la cultura y al folclor. A cambio de esto último se ha sabido ganar el apoyo de autoridades que han entendido la trascendencia de su labor y de su aportación.

Hoy, con nostros en Veracruz aún se encuentra este ilustre veracruzano, originario de Oaxaca, pero que aquí lo sentimos como uno de los nuestros. Miguel Vélez Arceo: el bailarín, el coreógrafo, el investigador, el maestro y en suma: nuestro amigo.

Texto leído por Eduardo Pérez Roque, el 29 de septiembre de 2008, durante el homenaje al Maestro Miguel Vélez Arceo en Xalapa, Ver.

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