La migración en su hecho multifactorial que siempre ha existido y que se debe a causas de diversa índole: políticas, sociales y económicas. Se puede dar dentro de un país o hacia otro. Constituye un fenómeno complejo que actualmente adquiere dimensiones graves, como es el agravio de los derechos humanos de los migrantes, represión, expulsión de grupos, discriminación, exclusión y otros.
La gravedad de la migración cuando es forzada, como sucede con los desplazados en su mismo país y los expulsados, originó que en 1990 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), aprobara la Convención Internacional para la Protección de los Derechos de los Trabajadores Migrantes y los Miembros de sus Familias, y que subsecuentemente se emitieran recomendaciones similares. A partir de entonces en la mayoría de los países se establecieron políticas, instituciones y áreas de atención al problema de la migración.
Al mismo tiempo, surgieron organizaciones civiles cuyo objetivo es defender y proteger a los migrantes y promover para ellos un marco jurídico adecuado y mejores niveles de calidad de vida.
En este III evento se trataron diversos temas como son: La Globalización y las migraciones; Las sociedades de origen y alternativas de desarrollo; Fronteras y Derechos Humanos; Sociedades de llegada y la situación de los migrantes; y, Asilo, Refugio y Desplazamiento.
La celebración del III FSMM hace que el tema de la migración vuelva a ocupar nuestra atención, pues de los 200 millones de migrantes en el orbe aproximadamente 10 millones son mexicanos que se encuentran trabajando en Estados Unidos y más de 25 millones mexico-americanos y, de ellos, también aproximadamente, 800 mil son veracruzanos.
En la II Declaración de Rivas del III FSMM, amplia en su contenido y fuerte en sus mensajes, llaman la atención la exigencia de que “las fronteras del mundo dejen de ser espacios de impunidad en las que las personas migrantes son objetos de todo tipo de violaciones crímenes y obligados a asumir riesgos que ponen en peligro su vida. Demandamos que los países de origen, tránsito y destino asuman su responsabilidad para revertir esta situación” y también “la regularización de todas las personas migrantes sin papeles en todo el mundo”.
Para finalizar, citamos la última parte de la Declaración de III FSMM: “Migrar no es un delito, delito son las causas que originan la migración. Levantemos nuestras voces, defendamos nuestros derechos, luchemos juntos por construir un mundo sin muros”.
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