lunes, 20 de octubre de 2008

¿ERRADICACIÓN DE LA POBREZA?

La pobreza se puede tomar, de acuerdo a Rodrigo Borja, quien precisamente se encuentra en esta ciudad de Xalapa participando en un Foro Internacional, como la “imposibilidad económica de satisfacer necesidades básicas, que es la penuria de recursos materiales para llevar una vida humana de dignidad elemental”. Pero la pobreza es algo más que lo que se enuncio anteriormente, también comprende la conciencia que se tiene de esta situación, o sea el juicio de valor que los pobres hacen de su propio estado de pobreza. Lo anterior significa que la pobreza tiene dos componentes: la carencia material que es objetivo y el estado de conciencia en torno a ella que es subjetivo.

La pobreza siempre ha existido e históricamente ha estado vinculada a factores como la desigualdad, la discriminación y la exclusión. Un ciudadano pobre es un ser humano disminuido en sus capacidades, con una libertad acotada, con una personalidad desfigurada, con carencias espirituales e incluso con desequilibrios psicológicos.

Para Luciano Gallino cuando hablamos de pobreza “se trata de una condición que es al mismo tiempo objetivamente medible, histórica y culturalmente relativa, y subjetivamente definida. De ahí la extrema variedad y ambigüedad de las definiciones de pobreza que se encuentran en los textos de sociología, economía, política social, demografía, así como las estadísticas nacionales e internacionales. La pobreza es la forma más macroscópica de la desigualdad”

Se puede hablar de dos niveles de pobreza: la pobreza extrema, crítica o absoluta y la pobreza relativa. Para medir tanto una como la otra se han creado diferentes métodos, de los cuales el clásico toma como elemento primordial el ingreso per cápita, de lo cual se derivan la “línea de indigencia” para los pobres en situación extrema y la “línea de pobreza” para los que se encuentran en pobreza relativa. Para Luciano Gallino en cualquier escala que se construya con indicadores objetivos la línea de la pobreza aparecerá desplazada hacia arriba en las sociedades más ricas, y hacia abajo en las sociedades más pobres.

De acuerdo al mismo autor el paso de una población o grupo social de la parte superior a la inferior de la línea de la pobreza, así como el posterior descenso cada vez más bajo de la escala de que se trate nos lleva a la pauperización, que podemos identificar con la pobreza extrema y que desemboca en la marginación económica, política y social. Como se puede percibir estamos ante un método cuantitativo, del cual existen diversas variantes pero que muchos creen ineficientes, por lo que se construyó un parámetro denominado Necesidades Básicas Insatisfechas y también el que optó por la Canasta Básica ó Canasta Familiar de acuerdo a la línea de pobreza. La pobreza resulta relativamente más fácilmente observable si se comparan municipios, regiones o países que si se contrastan estratos de una misma comunidad, región o entidad.

A diferencia de lo anterior, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
( PNUD) creo a partir de 1990 la fórmula denominada Índice de Desarrollo Humano (IDH) que introduce nuevos elementos y que pretende medir el bienestar de un pueblo, sus condiciones integrales de existencia y su grado de felicidad. De acuerdo al PNUD el IDH se enfoca con tres componentes fundamentales: longevidad, conocimientos e ingreso. La longevidad se traduce por la esperanza de vida al nacer que tiene cada persona. Los conocimientos se ponderan por el nivel educativo, la alfabetización de adultos y la tasa combinada de la matricula en primaria, secundaria y educación terciaria. Por último, el ingreso equivale al dinero que percibe periódicamente cada familia y que no es garantía de una mejor calidad de vida, pues el nivel de ingreso no equivale a un avance en términos de desarrollo humano de un ciudadano o de una comunidad.
El Banco Mundial (BM) ha estimado que a partir de los años ochenta existían 500 millones de personas en pobreza extrema y a principios de 1990 que la cifra se había duplicado. Al considerar las imprecisiones que se han tenido en el IDH el PNUD elaboró en 1997 el Índice de Pobreza Humana (IPH), cuya fórmula comprende elementos cuantitativos y cualitativos. A partir de 1998 el PNUD desglosó el IPH en dos rubros: el IPH-1 para los países subdesarrollados y el IPH-2 para los países industrializados o desarrollados. Lo anterior se relaciona con la perspectiva sociológica de que la pobreza va aparejada con ciertas costumbres usos o modos de vida, como lo son: temprana iniciación de la vida sexual, promiscuidad, hacinamiento, familias incompletas, abandono de mujeres y niños, menores de edad trabajadores, migración, ausentismo escolar, delincuencia, prostitución, mendicidad, alcoholismo, vagancia etc., que constituyen elementos de lo que desde la visión antropológica constituye la “cultura de la pobreza”.

Por otra parte, la misma conciencia de la pobreza que tienen los que se encuentran en esa situación ha evolucionado. Los juicios de valor de un ser humano pobre antes la consideraban como algo normal, familiar, divino, parte de un destino, cuestión de herencia familiar. Hoy sucede lo contrario: la conciencia de la situación de pobreza hace que el hombre en lo individual y en lo colectivo se rebele y que luche por mejores condiciones de vida, por sus derechos sociales, que reclame la obligación del Estado para que coadyuve en su mejoría. Lo anterior provoca la participación ciudadana, movimientos sociales, crisis política y carencia de cohesión social. A principios del presente siglo en el mundo existían, de acuerdo al BM, 1500 millones de seres humanos en pobreza extrema, con el consiguiente rezago social en acceso a la educación, servicios de salud, carencia de agua potable, vivienda digna y empleo, además de otros elementos básicos.

En México de acuerdo a la Ley General de Desarrollo Social (LGDS), para definir, identificar, y medir la pobreza, de acuerdo a su artículo 36, se deben considerar, al menos, los siguientes indicadores:
I. Ingreso corriente per cápita;
II. Rezago educativo promedio en el hogar;
III. Acceso a los servicios de salud;
IV. Acceso a la seguridad social;
V. Calidad y espacios de la vivienda;
VI. Acceso a los servicios básicos en la vivienda;
VII. Acceso a la alimentación, y
VIII. Grado de cohesión social.

De acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) creado por la (LGDS) (DOF, 2004), se puede hablar de cuatro tipos de pobreza: alimentaria, de capacidades, de patrimonio y por ingresos.

La pobreza alimentaria es “la incapacidad para obtener una canasta básica alimentaria, aun si se hiciera uso de todo el ingreso disponible en el hogar en comprar solo los bienes de dicha canasta”. La pobreza de capacidades es la “insuficiencia del ingreso disponible para adquirir el valor de la canasta alimentaria y efectuar los gastos necesarios en salud y educación, aun dedicando el ingreso total de los hogares nada más que para estos fines”.

La pobreza de patrimonio es definida por el CONEVAL como la “insuficiencia del ingreso disponible para adquirir la canasta alimentaria, así como realizar os gastos necesarios en salud, vestido, vivienda, transporte y educación, aunque la totalidad del ingreso del hogar fuera utilizado exclusivamente para la adquisición de estos bienes y servicios” y la pobreza por ingresos se entiende “a partir del monto de los ingresos de los hogares”.

Llama la atención que en el glosario del CONEVAL no se encuentre la definición de pobreza extrema que hasta antes de la LGDS fue de uso cotidiano en el lenguaje especializado de las ciencias económicas y sociales en México.
Por su parte, el BM nos habla de pobreza de activos, pobreza de ingresos y pobreza social, de las cuales nos interesa la última que es la más difícil de evaluar de manera cuantitativa y que de manera cualitativa tiene que ver con la discriminación, exclusión y falta de cohesión social.

A diferencia de la LGDS el BM si habla de pobreza extrema a la cual define como el estado en que se encentran “aquellos con ingreso por debajo de la línea de pobreza alimentaria”. El mismo CONEVAL define el rezago social como un conjunto “de carencias calculado para tres niveles de agregación geográfica: estatal, municipal y local, el cual incorpora indicadores de educación, de acceso a servicios de salud de servicios básicos de calidad y espacios en la vivienda, y activos en el hogar”.

Si bien, el combate a la pobreza está incluido como uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) establecidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) diferentes diagnósticos y estudios realizados por agencias internacionales consideran que las metas país no se lograrán para el año 2015 como fue establecido en el año 2000, pues en estos momento el BM calcula, como ya se mencionó que hay 1500 millones de personas en pobreza. Lo mismo sucederá en México, ya que aunque se habla de un avance en la disminución de los índices relativos, la pobreza extrema sigue existiendo entre millones de mexicanos.

Del mensaje emitido con motivo del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza el pasado dia 16 por el Administrador del PNUD, Kemal Dervis, transcribimos el siguiente párrafo:

“En estos tiempos difíciles es, por lo tanto, importante que fortalezcamos las protecciones y que reconozcamos los derechos de los pobres y de los vulnerables. El tema del Día de este año: ‘Derechos humanos y dignidad para las personas que viven en la pobreza´ es, por esa razón, especialmente pertinente. Este año se cumple el 60º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que nos recuerda que ´todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos´ y que la lucha contra la pobreza no es un acto de caridad sino un asunto de derechos económicos y sociales que toca a todas las personas”.
Lo invitamos a que visite la categoría Documentos y artículos de interés donde podrá leer los mensajes relativos al Dia Internacional para la Erradicación de la Pobreza del secretario general de la ONU y el administrador del PNUD

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