¿Por qué algunos padres de familia rechazan la posibilidad de que sus hijos asistan a sesiones de enseñanza de alguna disciplina artística?, ¿Por qué algunas personas son insensibles ante cualquiera manifestación artística?, ¿Acaso existen personas que nunca han recibido alguna orientación, ya no se diga clase, relativa a un arte?, ¿Por qué ciertos grupos sociales discriminan y rechazan las manifestaciones culturales de otro grupo, menospreciándolos y excluyéndolos?, ¿ A qué obedece la discriminación, exclusión y carencia de diálogo con grupos o personas que no comparten la misma religión lengua o usos y costumbres?
La respuesta a los anteriores cuestionamientos es uno de los aspectos más debatidos a lo largo de la historia de la pedagogía: la educación artística, tanto en el enfoque que se le ha dado, como en los contenidos y técnicas derivadas de éste.
La educación artística se ha distorsionado, pues siempre se ha pretendido que el infante o joven tenga conocimientos o desarrolle una supuesta vocación por una disciplina artística, teniendo como resultado que muchas veces el niño rechace o incluso aborrezca las clases correspondientes a música, pintura, danza, canto, etc.
Afirmamos que la educación artística se ha deformado, porque en atención a los recursos humanos que por lo regular son escasos, el niño o joven de acuerdo al perfil del maestro aprende únicamente una materia, trátese de música si el maestro asignado a su institución interpreta algún instrumento como piano, flauta, guitarra, o bien tenga iniciación al canto si el maestro igualmente forma parte de un coro, o estudio la materia en alguna escuela de arte, y, así, podríamos seguir enumerando.
Pero además de lo anterior, también podemos mencionar las técnicas didácticas que se aplican para que el alumno tenga un acercamiento a cierta disciplina artística. Esta técnica depende, a su vez, de la que domina o maneja mejor el maestro y que muchas veces resulta una combinación de varias, ya que muchos maestros de educación artística son magníficos intérpretes egresados de Institutos o centros de arte, pero carecen de conocimientos pedagógicos y específicamente, didácticos. Al respecto, conviene recordar el famoso método del maestro Luis Sandi, el de César Tort y el Suzuki.
Pero existe otro enfoque de la vinculación entre educación y arte, y es aquel relativo a que el alumno tenga un acercamiento a diversas disciplinas artísticas, pues más que tratar de que el educando aprenda una de ellas se trata de que desarrolle su sensibilidad y disposición para analizar, interpretar y comprender diversos lenguajes artísticos, de tal manera que cuando sea adulto una persona sensible a las artes y tenga disposición para entenderlas. Como se puede entender se trata de otro enfoque diferente y que no ha sido abordado y explorado en todas las escuelas públicas o privadas.
Precisamente, en la cercana ciudad de Coatepec se ha iniciado el Programa Multicultural de Enseñanza y Sensibilización en las Artes, PROMESAS, cuyos promotores lo definen como un ”sistema pedagógico que detona la creatividad, estimula el pensamiento visual, el pensamiento lógico, la coordinación de movimientos y sustenta el crecimiento espiritual, fomentando la tolerancia y el respeto a través del conocimiento de la diversidad cultural”. En una primera etapa este proyecto comprende música, danza, teatro, artes plásticas, literatura y cine, para niñas y niños a partir de los 4 años de edad.
Como se puede apreciar, este proyecto, que deseamos se convierta en modelo pedagógico, incluye aspectos interesantes que llaman nuestra atención y de los cuales comentamos tres únicamente.
En primer lugar, se presenta como un programa multicultural, lo cual implica una enseñanza de la música, la danza, el teatro y otras disciplinas artísticas a través de la historia de diversos grupos o pueblos y donde cada una de estas disciplinas reviste el mismo valor y por lo tanto son dignas de que niños y adolescentes, así como cualquier padre de familia, las conozca y tenga los elementos mínimos para acercarse a ellas.
Se habla de que este programa sustenta el crecimiento espiritual de los alumnos, lo cual entendemos como la generación de valores como la tolerancia, que así lo enuncian pero también, la inclusión, el respeto al otro, y demás que deben caracterizar al hombre que sabe y tiene la capacidad de convivir con sus diferentes grupos de referencia: familia, vecinos, compañeros de trabajo, grupo social, comunidad religiosa, etc.
Lo anterior nos lleva al conocimiento de la diversidad cultural que significa la pluralidad de identidades que se da entre grupos y sociedades y que genera intercambios, creatividad, innovaciones y que debe ser reconocida y respetada.
Es conveniente señalar que los niños y jóvenes involucrados en PROMESAS asisten en diferentes escuelas a sus cursos “normales”, por lo que el desarrollo de este programa se verá influido por factores tales como la intervención de sus maestros de educación escolarizada, padres de familia, contexto socioeconómico y las propias tensiones que se produzcan entre la enseñanza que reciben en sus escuela y el acercamiento a las disciplinas artísticas de este programa.
Creemos que de estas tensiones, precisamente, surgirá o se tendrá que potencializar la creatividad de los alumnos y en general el cumplimiento de todos los objetivos del programa. De ahí la importancia de la actuación de los maestros como mediadores entre el ámbito escolarizado de los educandos y el desarrollo de PROMESAS, ya que de su capacidad y habilidad didáctica dependerá evitar un choque entre una y otra enseñanza. De ello se podrán evaluar muchos aspectos de acuerdo al avance que se tenga.
PROMESAS es impulsado por la Fundación CAFTÁNROJO, entre otros proyectos siempre innovadores y alternativos.
La respuesta a los anteriores cuestionamientos es uno de los aspectos más debatidos a lo largo de la historia de la pedagogía: la educación artística, tanto en el enfoque que se le ha dado, como en los contenidos y técnicas derivadas de éste.
La educación artística se ha distorsionado, pues siempre se ha pretendido que el infante o joven tenga conocimientos o desarrolle una supuesta vocación por una disciplina artística, teniendo como resultado que muchas veces el niño rechace o incluso aborrezca las clases correspondientes a música, pintura, danza, canto, etc.
Afirmamos que la educación artística se ha deformado, porque en atención a los recursos humanos que por lo regular son escasos, el niño o joven de acuerdo al perfil del maestro aprende únicamente una materia, trátese de música si el maestro asignado a su institución interpreta algún instrumento como piano, flauta, guitarra, o bien tenga iniciación al canto si el maestro igualmente forma parte de un coro, o estudio la materia en alguna escuela de arte, y, así, podríamos seguir enumerando.
Pero además de lo anterior, también podemos mencionar las técnicas didácticas que se aplican para que el alumno tenga un acercamiento a cierta disciplina artística. Esta técnica depende, a su vez, de la que domina o maneja mejor el maestro y que muchas veces resulta una combinación de varias, ya que muchos maestros de educación artística son magníficos intérpretes egresados de Institutos o centros de arte, pero carecen de conocimientos pedagógicos y específicamente, didácticos. Al respecto, conviene recordar el famoso método del maestro Luis Sandi, el de César Tort y el Suzuki.
Pero existe otro enfoque de la vinculación entre educación y arte, y es aquel relativo a que el alumno tenga un acercamiento a diversas disciplinas artísticas, pues más que tratar de que el educando aprenda una de ellas se trata de que desarrolle su sensibilidad y disposición para analizar, interpretar y comprender diversos lenguajes artísticos, de tal manera que cuando sea adulto una persona sensible a las artes y tenga disposición para entenderlas. Como se puede entender se trata de otro enfoque diferente y que no ha sido abordado y explorado en todas las escuelas públicas o privadas.
Precisamente, en la cercana ciudad de Coatepec se ha iniciado el Programa Multicultural de Enseñanza y Sensibilización en las Artes, PROMESAS, cuyos promotores lo definen como un ”sistema pedagógico que detona la creatividad, estimula el pensamiento visual, el pensamiento lógico, la coordinación de movimientos y sustenta el crecimiento espiritual, fomentando la tolerancia y el respeto a través del conocimiento de la diversidad cultural”. En una primera etapa este proyecto comprende música, danza, teatro, artes plásticas, literatura y cine, para niñas y niños a partir de los 4 años de edad.
Como se puede apreciar, este proyecto, que deseamos se convierta en modelo pedagógico, incluye aspectos interesantes que llaman nuestra atención y de los cuales comentamos tres únicamente.
En primer lugar, se presenta como un programa multicultural, lo cual implica una enseñanza de la música, la danza, el teatro y otras disciplinas artísticas a través de la historia de diversos grupos o pueblos y donde cada una de estas disciplinas reviste el mismo valor y por lo tanto son dignas de que niños y adolescentes, así como cualquier padre de familia, las conozca y tenga los elementos mínimos para acercarse a ellas.
Se habla de que este programa sustenta el crecimiento espiritual de los alumnos, lo cual entendemos como la generación de valores como la tolerancia, que así lo enuncian pero también, la inclusión, el respeto al otro, y demás que deben caracterizar al hombre que sabe y tiene la capacidad de convivir con sus diferentes grupos de referencia: familia, vecinos, compañeros de trabajo, grupo social, comunidad religiosa, etc.
Lo anterior nos lleva al conocimiento de la diversidad cultural que significa la pluralidad de identidades que se da entre grupos y sociedades y que genera intercambios, creatividad, innovaciones y que debe ser reconocida y respetada.
Es conveniente señalar que los niños y jóvenes involucrados en PROMESAS asisten en diferentes escuelas a sus cursos “normales”, por lo que el desarrollo de este programa se verá influido por factores tales como la intervención de sus maestros de educación escolarizada, padres de familia, contexto socioeconómico y las propias tensiones que se produzcan entre la enseñanza que reciben en sus escuela y el acercamiento a las disciplinas artísticas de este programa.
Creemos que de estas tensiones, precisamente, surgirá o se tendrá que potencializar la creatividad de los alumnos y en general el cumplimiento de todos los objetivos del programa. De ahí la importancia de la actuación de los maestros como mediadores entre el ámbito escolarizado de los educandos y el desarrollo de PROMESAS, ya que de su capacidad y habilidad didáctica dependerá evitar un choque entre una y otra enseñanza. De ello se podrán evaluar muchos aspectos de acuerdo al avance que se tenga.
PROMESAS es impulsado por la Fundación CAFTÁNROJO, entre otros proyectos siempre innovadores y alternativos.
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