lunes, 30 de junio de 2008

XALAPA Y SU CENTRO HISTORICO

El 19 de diciembre de 1990 el Ejecutivo Federal declara mediante decreto una zona de monumentos históricos de esta ciudad, en conmemoración de que el 18 de diciembre de 1791 el rey Carlos IV de España concedió a Xalapa el título de Villa, constituyéndose posteriormente en un importante centro comercial y de vinculación del eje Europa-Nueva España-Filipinas, entre otras razones.

De igual manera que el Ejecutivo Federal decreta en la fecha mencionada los límites del centro histórico de esta ciudad, con antelación el 29 de junio de 1988 el Presidente Municipal trasgrediendo algunas normas federales, de acuerdo al criterio de los expertos en la materia, hace la declaratoria, también mediante decreto, de una zona de monumentos históricos de esta ciudad denominada “Centro Histórico de la Ciudad”.

Pero a casi 18 años de existencia formal, los problemas del CH constituyen el punto central de polémicas sobre la ciudad, por lo que los que nos interesamos en su rescate y preservación, con extrañeza observamos que en diferentes documentos de planeación para el desarrollo de esta capital el lugar que ocupa es mínimo, si no es que nulo.

En torno al CH se pueden señalar puntos álgidos: su deterioro, que paulatinamente va en aumento; el rechazo que sufre para la apertura de nuevos comercios; los esfuerzos de diversa índole que los comerciantes asentados en él realizan para atraer y retener a su clientela; y, las nuevas tendencias de la urbanización que imprimen, desde luego, nuevas modalidades a los paisajes urbanos en cuanto a construcción de nuevos inmuebles.

Así, el CH resulta ser un tema recurrente cuando se habla, analiza o debate acerca de la ciudad, surgiendo propuestas para su rescate, preservación y desarrollo que van desde algunas ocurrencias irracionales hasta planteamientos técnicos y consistentes presentados por expertos en la materia, tanto de manera personal como a través de colegios u otras asociaciones civiles.

Cinco ejemplos de los problemas de diferente índole que aquejan al CH han sido señalados recientemente. De ello está enterada la opinión pública: el abandono del parque ecológico Los Tecajetes; el hundimiento de la rúa que rodea al Monumento a La Madre; la petición de un mayor presupuesto para el Museo Histórico de la Ciudad (La Casita); el acumulamiento de la basura en la vía pública de diversas partes; y, el inefable caos vial.

Pero si en 1990 la declaratoria del Centro Histórico de Xalapa resultó un hito por lo que significaba para la dignificación y mayor prestigio de la ciudad, hoy en torno a él son más las lamentaciones y las quejas que se escuchan por parte de los que habitan en él y de quiénes aunque no, pero que tienen interés en que continúe siendo un elemento de la identidad xalapeña, y de que constituya el eje de un atractivo turístico y cultural, aunque ya no podamos decir lo mismo de lo comercial, pues hoy la dinámica económica fuerte de la ciudad se ha ido trasladando paulatinamente hacia otras zonas, que ofrecen mayores ventajas de infraestructura y de ubicación.

Si bien, el problema del Centro Histórico de Xalapa se puede abordar desde diferentes perspectivas, bastan cinco propuestas para coadyuvar en su solución: difundir sus dimensiones, su origen y los monumentos históricos que se encuentran ubicados en él; la implementación de una política pública integral y no de propuestas y acciones aisladas; que las autoridades escuchen y atiendan las propuestas de la sociedad civil (colegios de profesionistas, expertos, historiadores, urbanistas, arquitectos, etcétera); crear una comisión edilicia encargada de todo lo relacionado con él; y, actualizar su reglamento, separándolo del relativo al Desarrollo Urbano.

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