miércoles, 12 de noviembre de 2008

Chikome Xochitl. Siete flor

A diferencia del Día Mundial del Libro y el Derecho de Autor que se celebra el 23 de abril y que fue establecido por la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura en 1995, hoy se celebra en nuestro país el Día Nacional del Libro que fue establecido por decreto presidencial en 1979, fecha seleccionada para homenajear de esta manera a Sor Juana Inés de la Cruz, en conmemoración de su natalicio.

Mucho se ha escrito y en ello hemos participado sobre el libro: su trascendencia, su importacia como herramienta para la cultura y la educación, su valor como indicador del desarrollo cultural de los pueblos, la lucha que se ha tenido que sostener para que subsista y otros tantos aspectos colaterales, que en cada una de estas fechas se mencionan, se analizan y se llegan a repetir.

Pero qué mejor homenaje al libro en este día que referirnos a uno, que merece ser leído por todo veracruzano y por cualquier amante de la poesía, tanto de esta entidad como de México y de otras latitudes. Nos referimos a la obra Chikome xochitl. Siete Flor de Juan Hernández Ramírez, poeta veracruzano originario de Colatlán, municipio de Ixhuatlán de Madero,ubicado en la región de Chicontepec, y publicado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en 2006 en edición bilingüe.
Juan Hernández Ramírez conoce y habla desde su infancia la lengua náhuatl, pues es la que hablan en su tierra de origen y que heredó de sus ancestros. A ello se debe, indudablemente, su producción poética acerca de los temas más cercanos a cualquier habitante de una región serrana, a los elementos que rodean a un hombre que maneja el español y una lengua materna desde pequeño y que no fue conocida despues de la infancia o juventud.

El poéta es coautor de la traducción del español a la lengua náhuatl de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Veracruz-Llave 2000 y también de la traducción a la lengua náhuatl de la obra Los derechos de los pueblos y comunidades indígenas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Ha publicado el libro bilingüe de poemas Encinos y estrellas en 2001; el poemario Eternidad de las hojas en 2006 y el poemario La lengua de los pájaros. Forma parte de la antología de poemas Voci di Antiche Radichi (Dieciseis poetas de México) de 2005. Ha publicado poemas en edición bilingüe en diversas revistas y cuadernos de arte y cultura. Ha sido dos veces becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.

Chikome xochitl siete flor se intregra de siete poemas que nos hablan del maíz, la siembra, la vainilla, de flores como la Dalia, la Nochebuena, el Toloache y la Flor de muerto. Con estos poemas, que constituyen un homenaje a la naturaleza a la cual ha estado vinculado el poeta permanentemente, Juan Hernández Ramírez consolida su vocación poética y entrega al lector una obra altamente depurada, que culmina su producción hasta este momento y que ha pasado por un proceso de disciplina en la escritura, en el manejo sencillo y directo de un lenguaje que lo hace ser uno de los representantes más relevantes de la poesía indígena contemporánea. La lectura de esta obra nos hace recordar de la poesía indígena prehispánica el Canto del Atamalcualoyan que en su inicio dice: Mi corazón está brotando flores en la mitad de la noche.

Con esta obra su autor obtuvo el Premio Nacional Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Indígenas 2006, lo que nos indujo a leerlo en el momento de su aparición y acercarnos a ella nuevamente con motivo del Día Nacional de Libro.

En entrevista sostenida con el poeta el año anterior y ante la pregunta relativa a la edad hasta la que habló únicamente el náhuatl, Hernández Ramírez manifestó:

“Toda la comunidad de Colatlán habla la lengua indígena materna, unos más que otros y hay también mestizos que hablan únicamente el español, pero creo que la mayoría habla la lengua náhuatl, mis padres también la hablan. Aprendí de manera simultánea la lengua náhuatl y español, pues mi padre siempre nos habló en lengua náhuatl y mi madre en español, entonces no tuve dificultad en el aprendizaje de las dos”

Lo anterior hace que el poeta colateco asuma a plenitud y con orgullo la lengua náhuatl como herramienta para manifestar su visión del mundo, su cosmogonía, su conocimiento de la naturaleza que lo rodeó desde sus primeros años y que hoy, con todo el vagaje cultural adquirido a través de los años se traduzca en una poesía sencilla, sin retruécanos, sin búsquedas inútiles en nuevos estilos porque en él no es necesario.

La poesía de Juan Hernández Ramírez no puede ser analizada y calificada con esquemas que busquen alambicamientos, manierismos o expresiones “trascendentales”, pues su poesía posee características que lo hacen expresarse con sencillez, frescura, transparencia, pero a la vez, con el colorido y la vitalidad que poseen los elementos que la inspiran, como sucede en Flor de vainilla:

IV

Kitlapoua tlilxochitl ixochipetlayo,
iajuiyaka kitoka,
xochimej intlanotsal.

Tlen ajuechtli teskatl
xoxoktik –kostik papalotl kiixkopina.

Ika ipatlanil uitsitsilin
in xoxoktik tlali kiajuiyaltia.
IV
Abre la orquídea su corola,
siembra su fragancia,
es el llamado de las flores.
Es el espejo del rocío
retrata la mariposa verde-amarillo.
El colibrí con su vuelo
perfuma la verde tierra.

Como ganador del Premio Nacional Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Indígenas, Juan Hernández Ramírez es un digno heredero del rey poeta, ya que su obra en nada cae en rebuscamientos, en figuras literarias forzadas ni se encuentra bajo la influencia de la poesía o literatura indigenista que hasta hace poco se generaba, cayendo en imitaciones burdas, sin el menor respeto a nuestras lenguas maternas.

Un ejemplo de lo anterior en la producción literaria de Hernández Ramírez y que expresa su apego a lo que desde niño observó en su entorno y que hoy lo retoma para recrearlo a través de su poesía, es el siguiente fragmento de Noche buena :

VI
Tlen Nesaualkoyotsin
Kuetlaxochitl patlantok,
ipan aojtli yajtok,
tlali iuan ejekatl tlen ojtli.

In xochipetlatl totonik,
se tlanestli xochikuikatl.

Tlen axkana kuetlaxiui xochitl.
VI
De los jardines de Nezaualkoyotsin
ha volado la nochebuena,
se ha ido por los caminos del agua,
senderos de tierra y viento.
Los cálidos pétalos,
un poema del alba.
La flor que no se marchita.

Como es sabido, a partir de la última década del siglo pasado, se inicia un reconocimiento y una revaloración de la poesía indígena de nuestros antepasados y que motiva como consecuencia lo mismo con la poesía indígena contemporánea, que a pesar de ser menospreciada y minimizada por algunos críticos, resulta en estos momentos un elemento vital para la identidad nacional y, a la vez, al presentarse en diversas lenguas maternas de nuestro país, una expresión de la diversidad cultural.

La poesía indígena contemporánea debe ser analizada con detenimiento, objetividad y conocimiento del proceso de la que es producto: un proceso histórico que hace que nuestra lenguas maternas se vean amenazadas, reprimidas y menospreciadas. La poesía indígena contemporánea constituye una producción artística tan valiosa como otra de cualquier arte, una manifestación vital, dinámica que constituye un elemento identitario. Juan Hernández Ramírez constituye un digno representante de esa poesía que hoy renace, se mantiene viva y cuenta con autores de gran valía.

¡Qué mejor manera de celebrar el Día Nacional del Libro que leyendo Chikome xochitl. Siete flor, obra representativa de la poesía indígena contemporánea, cuyo autor es el veracruzano Juan Hernández Ramírez!
Lo invitamos para que visite el Menú Emergente "DIA NACIONAL DEL LIBRO Y JUAN HERNANDEZ RAMIREZ", integrado con artículos publicados anteriormente relacionados con el tema que se trata el día de hoy.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Maestro Eduardo reciba un cordial saludo de mi parte.

Sin lugar a dudas coincido con la forma tan especial de reconocer el trabajo del maestro Juan Hernández Ramírez, por el gran trabajo de proyección que ha dado a las lenguas indígenas particularmente del nahuatl.

La razón por la cual existe un día nacional del libro se debe a la importancia que la práctica de la lectura tiene en la cotidianidad y formación del ser humano, siendo éste el medio idóneo de acercamiento a la información en los tiempos actuales, pues a través de ella es como se adquieren los conocimientos básicos previstos en una currícula escolar, además de que es el medio idóneo para incorporarse a una vida en sociedad de manera plena y eficaz.

En nuestro país el problema de la lectura representa tal vez uno de los principales retos –sin mencionar la desafortunada competencia que mantiene con los medios de comunicación-, esto porque su ejercicio conlleva a la posibilidad de poder hacerse del conocimiento. Así, la estrecha relación que existe entre ambos es vital para poder acceder y hacer cultura viéndose afectado en un país que carece del hábito de la lectura.

Pero dentro de la literatura se pueden diferenciar distintos ámbitos, de las cuales una se distingue por sus particularidades en la transmisión de ideas, sentimientos y necesidades: la poesía. Ésta nos ofrece la oportunidad de conocer y reconocer no sólo la mirada de un autor sino del contexto sociohistórico y cultural que le rodea. En este sentido, la poesía indígena adquiere una importancia trascendental toda vez que de ella emergen formas de concebir al mundo, en muchos casos resaltando la importancia que tiene la relación bivalente y armónica entre naturaleza y ser humano, tal vez este sea un motivo más para detenerse a repensar un poco sobre esta cuestión pues los problemas ambientales presentes en este siglo requieren de una mirada que reconozca la interdependencia que entre ambos existe.

El maestro Juan Hernández, es uno de los exponentes mas distinguidos de la lengua nahuatl y su poesía un medio mas de acercamiento a la cultura indígena. El valor que tiene el trabajo del mencionado profesor encuentra su importancia en la labor que ha emprendido para el fortalecimiento y desarrollo de la lengua viva de muchos indígenas.

A conmemorar el día nacional del libro leyendo poesía indígena, a contribuir a formar un país de lectores leyendo Xikome xochitl.

Anónimo dijo...

Sin lugar a dudas coincido con la forma tan especial de reconocer el trabajo del maestro Juan Hernández Ramírez, por el gran trabajo de proyección que ha dado a las lenguas indígenas particularmente del nahuatl.

La razón por la cual existe un día nacional del libro se debe a la importancia que la práctica de la lectura tiene en la cotidianidad y formación del ser humano, siendo éste el medio idóneo de acercamiento a la información en los tiempos actuales, pues a través de ella es como se adquieren los conocimientos básicos previstos en una currícula escolar, además de que es el medio idóneo para incorporarse a una vida en sociedad de manera plena y eficaz.

En nuestro país el problema de la lectura representa tal vez uno de los principales retos –sin mencionar la desafortunada competencia que mantiene con los medios de comunicación-, esto porque su ejercicio conlleva a la posibilidad de poder hacerse del conocimiento. Así, la estrecha relación que existe entre ambos es vital para poder acceder y hacer cultura viéndose afectado en un país que carece del hábito de la lectura.

Pero dentro de la literatura se pueden diferenciar distintos ámbitos, de las cuales una se distingue por sus particularidades en la transmisión de ideas, sentimientos y necesidades: la poesía. Ésta nos ofrece la oportunidad de conocer y reconocer no sólo la mirada de un autor sino del contexto sociohistórico y cultural que le rodea. En este sentido, la poesía indígena adquiere una importancia trascendental toda vez que de ella emergen formas de concebir al mundo, en muchos casos resaltando la importancia que tiene la relación bivalente y armónica entre naturaleza y ser humano, tal vez este sea un motivo más para detenerse a repensar un poco sobre esta cuestión pues los problemas ambientales presentes en este siglo requieren de una mirada que reconozca la interdependencia que entre ambos existe.

El maestro Juan Hernández, es uno de los exponentes mas distinguidos de la lengua nahuatl y su poesía un medio mas de acercamiento a la cultura indígena. El valor que tiene el trabajo del mencionado profesor encuentra su importancia en la labor que ha emprendido para el fortalecimiento y desarrollo de la lengua viva de muchos indígenas.

A conmemorar el día nacional del libro leyendo poesía indígena, a contribuir a formar un país de lectores leyendo Xikome xochitl.

Germán Mtz Solares